“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol son los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían”. Cantares 8:6,7.

¿Qué es el amor?

El amor es una decisión que busca el bien de la persona amada. Esa decisión se mantiene con la voluntad y no depende solamente de los sentimientos.

Los sentimientos son temporales, ninguno dura para siempre. Los sentimientos son emociones pasajeras, y el amor esta llamado para la eternidad; por eso el amor es una decisión. El amor ajusta bien los desequilibrios que causó el enamoramiento.

El enamoramiento es muy importante. Estar enamorado es algo muy hermoso. Uno se pone medio loco y acelerado. Muchas veces los enamorados dicen frases como: “Desde que estoy contigo veo todo tan lindo”, “me siento ¡wow! el más feliz de la tierra”, “no puedo dejar de pensar en ti”. En pocas palabras, están ilusionados.
Pero la ilusión es una percepción falsa de la realidad. El enamoramiento nos pone en un estado de locura temporal, y nos ciega, y cuando abrimos los ojos ya es tarde, ya estamos casados.

El matrimonio en sí mismo, no le da la felicidad a nadie, lo que sí nos da, es una base para que continuemos creciendo en el proyecto de amar a nuestra pareja.
¿Quieres amar? Rompe los límites de tu egoísmo y decide amar, decide con toda tu consciencia y voluntad hacer pacto de amor con quien has elegido vivir en matrimonio.

Decide vivir con amor y no con pura ilusión.