1 Rey 17:24; Gen 1:27; 2:23; 1 Sam 13:14; Hch 13:22; Sal 25:14
Hay tareas básicas que se le han encomendado al hombre desde su creación y que siguen vigentes para el día de hoy.

1. Tener Visión y capacidad de liderazgo. El hombre debe mostrar responsabilidad de todo cuanto se le ha confiado y de todo lo que está bajo su cuidado. Al hombre, Dios le confió y le comunicó todo lo que respecta a su propósito en la tierra y con la tierra. El hombre, entonces, es responsable de qué hace con toda esa información. Su visión va a determinar la información que transmita.

2. Enseñar. Fue al hombre a quien se le dio la tarea de enseñar y guiar a su mujer en la palabra de Dios. El hombre tiene que ser maestro primeramente en enseñar los caminos de Dios. Lo cual requiere un alto grado de responsabilidad.

3. Trabajar y Cultivar. Una de las responsabilidades fundamentales del varón es trabajar y cultivar. La palabra cultivar significa hacer que algo crezca y que produzca en una mayor cantidad; hacer que algo dé fruto; desarrollar algo hasta su estado perfecto. Esto significa que el hombre tiene que ser una fuente de fruto y de productividad.

4. Proveer. Esta tarea está íntimamente ligada al trabajo. El trabajo no es una maldición, sino todo lo contrario. El trabajo expone todo tu potencial. Tú no puedes enseñar todo lo que tienes dentro, a menos que existan demandas que lo requieran; y estas demandas son hechas por medio del trabajo. Dios le dio al hombre el trabajo no sólo porque expone todo su potencial y le permite reflejar la naturaleza de Dios, sino también porque le permite proveer para aquellos hacia quienes él tiene responsabilidad en su posición como líder y visionario. La palabra proveer significa: “poder ver hacia adelante”. El hombre debería ser un visionario, debería tener una visión de su vida y debería trabajar para poder ver que ésta se cumpla para él mismo, para su familia y para todos aquellos que estén bajo su cuidado.

5. Proteger. Al hombre fue a quien se le dio la tarea de proteger todo cuanto se le dio. El Hombre tiene la tarea de guardar, cuidar y proteger. Hay un significado muy importante en el hecho de que Dios le haya dicho al hombre que le pusiera nombre a todos los animales. El concepto hebreo de nombrar cosas, significa poseerlas. A lo que tú le pones nombre lo puedes poseer, o te haces responsable de ello, lo cuidas y lo proteges.

Todas estas tareas básicas surgen desde el origen mismo de la creación del hombre, y de la visión de Dios para él que incluye todo su propósito. El varón no tiene problema en manifestar ninguna de estas tareas desde su posición o estado correcto, que es: LA COMUNIÓN CON DIOS. Por eso, para el hombre es vital, tener y mantener siempre viva su comunión con Dios. Cuando el hombre no tiene una verdadera comunión con Dios será mucho más propenso a alejarse de estas tareas básicas.

Si eres varón, te animo a que busques tener comunión con Dios todos los días de tu vida; eso te ayudará y te permitirá manifestarte en toda la plenitud de lo que eres. Y si eres una mujer, te animo a que ores por los varones y estés al tanto de motivar e impulsar a los hombres que tienes cerca de ti, tu esposo o tus hijos, tus hermanos o tu padre, a que mantengan viva su comunión con Dios cada día.

De la misma forma, si eres una mujer que está orando por un esposo, porque aún no lo tienes, te invito a que estés muy atenta a que ese hombre que buscas y por quien oras, tenga una verdadera comunión con Dios, ya que si no es así podrías enfrentar muchas dificultades en tu futuro matrimonio.