
Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación. Cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.
El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas. La desesperación se empezó a adueñar de su corazón pero una voz en su interior le dijo: “¡Adelante, sigue golpeando, tú puedes hacerlo!”.
Redobló sus esfuerzos, hasta que logro quebrarlo; y así, pudo salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo? ¡El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y sus manos tan pequeñas!
En ese instante apareció un anciano y dijo: “Yo sé cómo lo hizo”…
¿Cómo?… Le preguntaron al anciano. Y él contestó: “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo”.
“Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”. Albert Einstein
“Al que cree, todo le es posible”. La Biblia